Desde la perspectiva de un sociólogo
Entrevista de Michelle Guevara (FCPyS - UNAM)
Con camisa de cuadros
negros y blancos, chaleco y pantalón beige, un arete en la oreja izquierda, anteojos
y un reloj café, muy amablemente me recibió en su oficina el Doctor en
Sociología Hugo José Suárez Suárez.
El boliviano es un
destacado investigador del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y dentro de sus principales líneas
de investigación se encuentran: Sociología de la religión y la cultura,
Metodología cualitativa, Sociología visual, Cultura y política en Bolivia.
Con un escritorio en
el centro con forma de L, dos computadoras de escritorio sobre la misma, un
librero pequeño bajo una ventana que da una increíble vista de Ciudad
Universitaria y otro más del lado derecho, un archivero, un pizarrón blanco y
un librero grande en un lado de la oficina, el Dr. Suárez y yo comenzamos una
conversación que se extendería poco más de lo planeado.
Durante toda la
entrevista, el Dr. Hugo Suárez se mostró abierto a cualquier pregunta, y muy
amablemente respondió a cada una de ellas, él sentado y con los codos sobre su
escritorio y yo sentada del otro lado del mismo, me remití a preguntar. ¿Qué lo
motivó para estudiar sociología? ¿Personalidades expertas en la materia influenciaron en la selección de
su profesión?
—Con la mirada hacia
arriba para recordar, y acomodándose en su silla— Mi opción por la carrera de
sociología viene yo creo que por mi padre, él era sociólogo, finalmente había
una afinidad, conocimiento del tema. Realmente uno elige carreras en el fondo
con muy poco conocimiento de su contenido y a menudo depende más del horizonte
de lo que uno ha escuchado o lo que uno piensa que sería eso y terminé
estudiando sociología.
¿En algún momento
usted optó por dejar la carrera de sociología o estudiar otra cosa?
Si, hubo distintas
tentaciones, una fue comunicación precisamente, estuve un tiempo viendo y
explorando; otra fue teología, de hecho por eso me dedico a la religión, tomé
varios cursos, en fin; y la otra opción que es algo que no he terminado es la
fotografía, trabajo en ella, en mi página web me encargo de utilizarla, dijo el
Doctor Suárez jugando con post-its que había en su escritorio.
¿Y
la investigación?
Uno de los objetivos
de esta entrevista, es justamente conocer un poco más sobre la tarea del
investigador, en este caso en sociología, usted como conocedor de esta ardua labor,
¿cuáles cualidades considera que debe tener un buen investigador?
—Se recarga en su silla
con los brazos en la nuca, jugando con sus manos, expresa, un investigador en
sociología tiene que tener una gran sensibilidad para la sorpresa; una gran
capacidad de observación; una curiosidad compulsiva por tratar de responder
cosas; ponerse una pregunta y seguir por años, cada pregunta te puede llevar 4
o 5 años para obtener una investigación bien hecha; gran rigurosidad en la
búsqueda de responder la pregunta inicial; mucha paciencia y una desconfianza
compulsiva por lo que aparece como obvio, si algo tiene que tener un
investigador en sociología es no creer prácticamente en nada de lo que parece
ser así, pero nada es así.
Ahora, las cosas que
a mí me gustan en un investigador son la sensibilidad para la escritura, la
observación y la explicación de las cosas, dijo pausadamente.
Después de mencionar
todas estas cualidades del buen investigador, entonces, ¿cuál considera que es
su motivación a la hora de escoger un tema de investigación?
—Llevando sus manos a
la boca, se levanta y se dirige a su librero, me muestra un libro titulado Sociólogos y su sociología, vuelve a
sentarse y comienza a hablarme sobre el texto. En el capítulo “Con la religión
entre las manos, un itinerario” que yo escribí, precisamente un poco la idea es
ver cuáles son las preguntas que yo me he puesto, la sociología avanza a partir
de preguntas. Una pregunta nace de la confluencia de varias cosas, el
investigador como sujeto y como actor social, además tiene que ver la
formación, la trayectoria, y por otro lado el contexto intelectual. De esta
manera van confluyendo las cosas, uno va descubriendo, preguntando y
analizando. Así nacen las preguntas finalmente con la confluencia de distintos
elementos.
—Jugando con su
reloj, expresa, una investigación es seria, la primera investigación nace
normalmente en el doctorado, este fue uno de los proyectos que marcó mi carrera.
Estudié la licenciatura en la UAM Xochimilco y ya estaba muy metido en el tema
de la religión. Lo que yo quería entender, era cómo en el caso boliviano, los
católicos en los años 50 practicaban un catolicismo muy de derecha, y 20 años
más tarde había girado a ser un catolicismo de izquierda muy militante, yo
quería entender cómo se había dado ese proceso, respondió.
Resulta muy
importante lo que usted menciona, es esa combinación de elementos, la que lleva
inclinarse por una rama y escoger un tema, delimitando así eje de la
investigación. Pero, con un grado de doctorado, el buen investigador debe
apropiarse ya de sus propios métodos para realizar una investigación, entonces
¿cuál es su metodología o qué técnicas utiliza a la hora de hacer una investigación?
—Recoge su cabello y
lo peina hacia atrás, toma un marcatextos naranja y responde, la metodología yo
creo que está en el corazón de la investigación, que metodológicamente mis
investigaciones tengan un valor, que tengan una ruta clara, no utilizar
cuestiones muy básicas, sino un problema epistemológico en la metodología y que
sea pertinente. Para mí la metodología no ha sido un anexo, viene junto. He
utilizado básicamente tres medidas metodológicas, el análisis estructural de
contenido en el doctorado —se levanta de nuevo y toma otro libro—, observar
mucho, escribir mucho y hacer una narrativa etnográfica que te permita
acercarte al lugar, esa sería la segunda metodología. La fotografía es otra,
pero en divisiones menores. —Se expresa con el marcatextos en la mano—. Finalmente el método lo que te va a permitir
va a ser sacarle más jugo a la investigación.
Sociología
de la religión y la cultura
¿Por qué investigar
sobre la sociología de la religión y la cultura?
Vengo de una familia de
tradición católica y eso se conjugaba con una militancia de izquierda por parte
de mi padre, por eso alguna vez también quise estudiar teología. Mi inquietud
por la religión y la cultura no se refiere en términos de lo espiritual, lo que
me interesa es lo que pasa en la cabeza de la gente, en el creyente urbano, y
eso te lleva a una idea distinta, de entender por qué la gente opta por
determinadas cosas, tanto en el ámbito religioso como en cualquier otro,
tomando a la cultura como lo que está en la acción del individuo. Respondió el
boliviano recogiendo su cabello.
Hace un rato usted
mencionaba que ha publicado algunos artículos en ciertos periódicos, además de
su participación en programas de radio y televisión. Como alumno de
comunicación es muy común estar en contacto con este tipo de medios, ¿podría
hablar un poco sobre su experiencia en dichos medios?
Desde chico he tenido
una pata en los medios, siempre me ha gustado escribir, en la licenciatura tenía
un profesor que siempre nos pedía que escribiéramos sobre cualquier cosa, y
hasta ahora sigo escribiendo, en mi blog trato de subir algunos artículos
acompañados de fotografía. Cuando era chico armé un periódico con unos amigos y
prácticamente no he dejado de escribir cosas. —Busca su blog en la computadora
y se recoge el cabello, habla de fotos y regresa a la computadora a enseñar
algunas, habla de radio y busca links de sus programas— siempre me ha gustado
entrevistar a la gente, acompañarlo con fotografías, dijo sonriente.
Como investigador, es
fácil pensar que se encuentra en trabajo constante, ¿cuáles son los proyectos
en los que ahora usted participa?
Estoy en dos
proyectos básicamente, uno es sobre Bolivia, en donde en los últimos años se ha
dado una transformación brutal con la llegada de Evo Morales principalmente,
para entender qué fue lo que cambio con este proceso de transformación, y lo
quiero observar desde mi barrio, donde está mi cuarto, mis cosas, dijo entre
risas.
Y por otro lado estoy
trabajando un poco sobre la otra cuestión metodológica que utilizo, la
etnografía, para hacer una meditación conjuntando algunos cursos que estoy
impartiendo, para reflexionar acerca de cómo se escribe la sociología o qué rol
juega, la manera, las formas de observación y el sentido que se maneja, eso en
términos metodológicos, comentó el boliviano.
A lo largo de su
trayectoria ha participado en distintos proyectos, ya sean por disposición de
la institución, en este caso la UNAM, y otros más por gusto propio, sin
embargo, ¿ha logrado todo lo que se propuso en esta profesión?
¡Uy! exclamó. No,
falta mucho. El sociólogo no se jubila jamás. —Mientras jugaba con sus pulgares
y su barba— ahorita estoy trabajando en cuatro proyectos y los que vienen. Sigo
escribiendo, estoy con la fotografía, tengo un libro que está listo, solo falta
publicarlo, entonces todavía falta mucho. —Retrocediendo con la silla, puso las
manos atrás, se volvió a peinar y contó una pequeña anécdota—. Hice un viaje
con mi familia, al pueblo donde mi madre vivió de niña, lo tengo grabado y fue
una experiencia muy bella, sobre la cuál quiero trabajar, finalmente aún faltan
proyectos, dijo sonriendo.
Agradezco que me haya
otorgado un poco de tiempo para poder realizar la entrevista, así como su
amabilidad y sinceridad para responder a cada una de las preguntas. Finalmente
quisiera terminar con una pregunta más académica, ¿cuál sería un mensaje que
daría a un joven estudiante que está pensando en hacer una carrera en
sociología, o que quiere inclinarse por el eje de la investigación?
Yo siempre les digo a
los estudiantes que escriban, en un blog o en el periódico de la esquina, tener
la pluma siempre aceitada; dar clases es también importante, aunque no te
paguen; y la tercera y tal vez más importante, es ser observadores compulsivos,
planteándote ciertos temas tratando que las observaciones tengan un eje
conductor que en dos, cuatro años te permitan tener una bitácora de
observaciones; y paralelamente no dejar de leer. —Se recarga de nuevo en su
silla—. Un joven toca la puerta e interrumpe el final de la entrevista.
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